Laboratorio de Reproducción Animal de Fvet lleva el nombre del Dr. Alfredo FerrarisPublicado: Lunes, 20 Noviembre 2017 16:41 | Visto: 2072Con un sencillo pero emotivo acto, al conmemorarse 30 años de la Facultad de Veterinaria en Paysandú, el Laboratorio de Reproducción Animal de la Facultad de Veterinaria en Paysandú quedó formalmente nombrado “Dr. Alfredo Ferraris di Perna”. De la actividad participaron el homenajeado y su familia, el decano de la Facultad de Veterinaria (Fvet), José Piaggio, la directora del CENUR Litoral Norte, Graciela Carreño, el director de la Sede Paysandú del mismo centro regional, Carlos Planel, el director de la Estación Experimental “Dr. Mario A. Cassinoni” (EEMAC-Facultad de Agronomía), Pablo Boggiano, integrantes del Centro Médico Veterinario de Paysandú (CMVP) y docentes de los diferentes servicios universitarios que funcionan en la estación experimental. Durante la oratoria, los responsables de dicho servicio, Julio Olivera y Jorge Gil, recordaron que la instalación del referido laboratorio surgió de la “necesidad impostergable” de contar con un espacio físico adecuado para el desarrollo de actividades de docencia e investigación de calidad, que antecede la obra edilicia y que hasta su construcción se llevó a cabo en sitios poco apropiados para la tarea como el galpón de ovinos, las mangas de ganadería o el tambo. Surgimiento “La iniciativa descentralizadora de la Udelar de las últimas administraciones dieron lugar al surgimiento de los denominados Polos de Desarrollo Universitarios (PDU) y en el marco de ellos, fue que nació la posibilidad de contar con un buen número de laboratorios” y propiciar el asentamiento en el interior de nuevos grupos y servicios universitarios que fomentaran la accesibilidad a la educación terciaria y la posibilidad de concursar por un espacio para poder construir el laboratorio de reproducción animal, entre otros. En 2013, con la creación del Polo Agroalimentario Agroindustrial de Paysandú y después de varias entrevistas con arquitectos y constructores, así como consultas sobre diseños de laboratorios, se construyó un espacio de 36 m² con varias divisiones dentro de las que funcionan una sala de gametos, sala de cultivo de tejidos y otra de microscopia de inmunofluorescencia. Dotarlo de equipamiento implicó otro desafío y fue necesario apostar al esfuerzo conjunto con otros grupos de trabajo, sobre todo con bioquímicos, con proyectos provenientes de cursos de Educación Permanente, entre otros. Jorge Gil expresó que pese a que resta mucho por hacer, el laboratorio cumple con sus objetivos y desarrolla varias líneas de trabajo. El siguiente paso fue darle un nombre a este laboratorio. “Fue lo más fácil, no teníamos duda al respecto: debía llamarse ‘Dr. Alfredo Ferraris’ o quedar sin nombre propio”, enfatizó Julio Olivera. El grupo docente entendió que tenían la oportunidad de retribuir, al menos en parte, años de dedicación, estudio, enseñanza académica y transmisión de valores humanos. “La vida nos ha demostrado que se puede ser y alcanzar muchas cosas; lo único que no se puede dejar de hacer es agradecer”, reflexionó. Los docentes valoraron el rápido consentimiento de parte de las autoridades universitarias del CENUR Litoral Norte, Fvet y Fagro a la propuesta de nombramiento del laboratorio que oportunamente elevaron. Trayectoria de Ferraris En 1964 Alfredo Ferraris di Perna ingresó como estudiante a la Facultad de Veterinaria y un año más tarde comenzó a desempeñarse como ayudante de la cátedra de Fisiopatología de la Reproducción, junto al doctor Carlos Carlevaro. Durante los siguientes años colaboró con la denominada “Clínica Paralela” que encabezaba el doctor Marcos Podestá. En 1969 se graduó como médico veterinario y en 1970 ingresó en la sede central de la Dilave “Miguel C. Rubino” de Pando. En 1971 partió a Suecia, adonde cursó estudios de posgrado en la Universidad de Ciencias Agrícolas. “Deja allí un canal abierto para la cooperación sueca donde muchos médicos veterinarios hemos sido formados”, recordó Gil. En 1972 nació el denominado Plan Piloto de Inseminación Artificial (PPIA), primera experiencia de circuitos de inseminación en tambos en Uruguay que, siguiendo el modelo danés, se puso a andar en Isla Mala, Cardal y Colonia Delta. En paralelo, inició relevamientos de patología reproductivas en toros. En 1975 junto con el CMV de Canelones organizó la primera edición del curso de Control de Reproductores Bovinos Machos. Entre 1974 y 1981 continúo apoyando a colegas que trabajaban en el ejercicio liberal, así como a estudiantes en pos de su inserción en el medio. Además participó del establecimiento del laboratorio “Miguel C. Rubino” de la región en Paysandú. En 1982 y 1983 apoyó las primeras experiencias de la Fvet en el interior, lo que luego, en 1987, posibilitó la concreción de la primera experiencia del Plan Piloto Paysandú (PlaPiPa), bajo el decanato del doctor Marcos Podestá. De allí en más organizó y participó diversos cursillos para egresados en protocolos de examen reproductivo en vacas, toros, carneros y cursos de inseminación artificial en ambas especies. Entre 1996 y 2010, luego de muchos años de docencia honoraria, obtuvo una plaza como profesor adjunto en Clínica de Rumiantes y Suinos en la Fvet en Paysandú. En 2011 ejerció como docente libre y posteriormente se retiró de la actividad laboral, pese a lo cual continúa desempeñándose de forma honoraria en la cohesión de docentes y estudiantes, dejando un aporte “tan importante como intangible a la universidad, a la profesión y a la sociedad en su conjunto”, valoraron sus colegas y exalumnos. Tras recibir el agradecimiento de los docentes de la Orientación en Producción Animal (OPA) Norte de la Fvet por “su inmensa y desinteresada generosidad con todas las personas”, Ferraris di Perna expresó que “ha sido un tipo de suerte”. Indicó que el reconocimiento recibido “podría haberle tocado a otro” y agradeció que lo hayan elegido. “Se los agradezco, y a la profesión en general, a todos los estudiantes que fueron durante estos treinta años causa de nuestro desvelo y nuestras grandes satisfacciones. Hoy veo consolidado el polo norte de la facultad. El desafío, será ahora mantenerse, y no es fácil porque la situación socioeconómica del país ha cambiado y porque los sistemas productivos son distintos”, advirtió. El exdocente recordó que mucha gente trabajó a su lado y se consideró un privilegiado por haber obtenido el apoyo de “funcionarios del MGAP, del Laboratorio ‘Miguel C. Rubino, de la Fagro, compañeros del PlaPiPa e instituciones en general, entre ellas el IPA”. Objetivos del laboratorio Propicia la generación de conocimiento en el marco de una integración multidisciplinaria e interinstitucional (Fvet, Fagro, Fing, FQ, Dilave, UTU, INIA, SUL y privados) Brinda servicios a terceros y apoya al sector productivo en programas de mejora genética Profundiza la enseñanza de grado, posgrado y educación continua de profesionales y técnicos de libre ejercicio Líneas de trabajo Estudio de “pérdidas reproductivas”, interacciones ”nutrición-reproducción” y validación de protocolos reproductivos en rumiantes Mejora de la supervivencia perinatal de corderos en sistemas extensivos de explotación Valoración de la salud animal Validación de “biotecnologías reproductivas” aplicadas a programas de mejora genética (IA, MOTE, Ovum Pick Up, FIV) Desarrollo y mejora de protocolos de preservación en semen ovino Evaluación computarizada de calidad seminal y fertilidad en rodeos y majadas de cría Decano de la Fvet, José Piaggio, descubre la placa que de nombre al laboratorio ante la mirada de Alfredo Ferraris di Perna. 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