Fagro y ANCAP presentaron estudio sobre la producción sustentable de biocombustibles

En el marco de la XII Semana de la Ciencia y la Tecnología, ANCAP y la Facultad de Agronomía presentaron en la Estación Experimental “Dr. Mario A. Cassinoni” (EEMAC) una investigación sobre la producción de biocombustibles en forma productiva y sustentable, evaluando la afectación del recurso suelo.

Fagro AncapGeneral webLa empresa estatal ha firmado convenios de investigación con la Facultad de Agronomía (FAGRO) desde 2005. Se han realizado diferentes ensayos de rotación de cultivos para la producción de biocombustibles, con un monitoreo y evaluación permanente del impacto en el suelo, su productividad y capacidad de adaptación a distintas situaciones. El objetivo es identificar la mejor secuencia de cultivos para aumentar la productividad y por otro lado mantener o mejorar la calidad del suelo.

Varios sistemas de producción para bioenergía

Los trabajos en conjunto surgieron a partir de un interés de la empresa estatal por producir etanol en base a sorgo dulce, planta sobre la cual se había realizado investigación en Uruguay. Durante varios años se llevaron adelante ensayos con sorgo dulce con muy buenos resultados, tanto en la estación experimental de Paysandú como en Bella Unión. Sin embargo, el elevado volumen de cosecha de materia verde volvía compleja la logística, siendo un contratiempo su traslado hasta una planta industrial. El investigador y docente de Fagro, Ing. Agr. (PhD) Guillermo Siri Prieto, señaló que en 2009 se consideraron otros tipos de materias primas para la producción de etanol. El primero fue mediante la utilización de la agricultura convencional en siembra directa en una rotación de dos años con una secuencia de trigo-sorgo grano-maíz sin riego. Para la estimación del etanol teórico se calculó la energía de los granos (almidón) además del rastrojo que éstos producen, con tres niveles de retiro (0, 40 y 80% retiro rastrojo). Este material puede ser “transformado en etanol o ser quemado y generar electricidad u obtener de él gas a través de la anaerobiosis (plantas de biogás)”, explicó.

El segundo sistema de producción de energía fue a través del cultivo de sorgo dulce continuo, que rota con cultivos de cobertura en invierno (avena o raigrás).

El tercer sistema implementado fue el Switchgrass, un cultivo lignocelulósico innovador en Uruguay, perenne estival, que produce únicamente biomasa. “Es como un pasto de alto porte que se corta una a dos veces al año y con ese material se puede generar energía”, indicó Guillermo Siri Prieto, quien agregó que es un cultivo que se planta una vez y puede alcanzar una duración de entre veinte y treinta años.

En Estados Unidos y Europa hay mucha experiencia con esta especie, según mencionó el exdirector de la EEMAC, y la información existente da cuenta de que se trata de un “cultivo muy bueno desde el punto de vista ambiental porque no degrada el suelo, se usan menos agroquímicos, el balance de energía es muy positivo, mejora la calidad el suelo por secuestro de carbono (algo beneficioso porque al ser un material perenne acumula mucha cantidad de raíces) y produce una interesante cantidad de biomasa”.

Más allá de que solamente genere tallo y hoja, “también puede ser fuente de energía como para producir etanol o biogás o quemarlo en una caldera para generar electricidad. Los resultados preliminares lo señalan como un muy buen cultivo, si no el mejor, para la producción de energía en estos suelos”, enfatizó el docente del Departamento de Producción Vegetal.

Procuran otra fuente de financiamiento

Luego de haber sido sometido a un proceso de evaluación de cinco años y alcanzada la vigencia del proyecto convenio entre el ente estatal y la facultad, de investigación con Switchgrass culminó el año pasado. Sin embargo, aunque con bajo mantenimiento, el ensayo continúa y la facultad realiza gestiones para lograr apoyo económico. Siri Prieto enfatizó que es fundamental encontrar otra fuente de financiamiento ya que acumular muchos años de estudio favorece la obtención de resultados confiables y definirá la estrategia país que permita producir la máxima cantidad de energía sin afectar el recurso suelo.

“El mejor tratamiento preliminar que hemos obtenido en estos cinco años es precisamente con este cultivo lignocelulósico, en virtud de que ha arrojado mejores valores de productividad en etanol por hectárea y los mejores balances de nutrientes y de energía”, remarcó Guillermo Siri Prieto. En segundo término aparecen los cultivos convencionales, con el uso de los rastrojos para producir energía, pero esta gran capacidad de producir energía se contrapone con el problema que genera la eliminación de la cobertura del suelo. Como es conocido, un bajo nivel de rastrojo puede provocar graves problemas de erosión del suelo y remoción de nutrientes. “Por un lado podemos maximizar la cantidad de energía producida en determinado tiempo pero por otro, sus efectos sobre el recurso suelo pueden ser bastante malos”, advirtió el investigador.

Réplicas de Switchgrass en otras zonas

El tipo suelo donde se plantaron estos cultivos dentro de la estación se caracteriza por tener una capacidad media de producción de granos, lo que llevó a los referentes del proyecto a plantearse la evaluación del comportamiento del cultivo perenne estival lignocelulósico en suelos con menos potencial de rendimiento (menos agrícolas) y con otras situaciones climáticas. Fue así que el ensayo fue replicado a partir de 2014 en otros dos predios de Fagro: en la Estación Experimental “Bernardo Rosengurtt”, ubicada en Bañado de Medina, Cerro Largo, y en el Centro Regional Sur, en Progreso, Canelones. La premisa es producir energía sin afectar la producción de alimentos, razón por la cual “la visión está puesta en biocombustibles de segunda generación”, agregó el gerente agroindustrial de ANCAP.

Energías renovables siguen ganando presencia

El Ing. Agr. Alvérico Banquerque, recordó que el ente estatal trabaja desde hace más de una década para mejorar la matriz energética en nuestro país. En cuanto al abastecimiento de energía, en 2005, los combustibles fósiles (petróleo y gas) tenían una presencia que alcanzaba el 57% por ciento aproximadamente dentro de la matriz energética. De acuerdo con el Balance Energético Preliminar correspondiente al año 2016, aquella cifra se redujo y se ubica en un 37%, gracias a la explotación de otras fuentes como los biocombustibles, energía eólica y solar y la biomasa. “Es una baja muy importante que nos coloca en un lugar muy destacado del mundo como cumplidores y activos trabajadores en dar más seguridad a los requerimientos de energía para el Estado porque ese 20% que se bajó de petróleo ahora se produce en Uruguay”, señaló el jerarca. Incluso, agregó, “si se toman valores absolutos, los valores son más grandes todavía porque los niveles de actividad industrial que había en 2004 son notoriamente más bajos a los actuales. O sea, cuando crece la economía casi siempre se empieza a comprar energía de afuera y acá fue al revés”, explicó.

Banquerque comentó que el país puede sentirse más independientes del petróleo y que la mira de ANCAP está puesta en los biocombustibles líquidos, que son los que mueven el parque automotor uruguayo. Recordó que el mundo se camina hacia la utilización de los biocombustibles de segunda generación, es decir, aquellos que no compiten con alimentos, “y en eso estamos trabajando”, acentuó.

Estas investigaciones permiten identificar “qué cultivos se deben impulsar o respaldar” y arrojan “elementos de base técnica que será insumo fundamental para que las autoridades políticas evalúen la posibilidad de construir a futuro”, por ejemplo, una planta de producción de biocombustibles líquidos.

Formar en el área a profesionales uruguayos

Además, Banquerque valoró estos trabajos como instancias de formación-especialización en el área. “Estamos colaborando con la generación de una masa gris de Uruguay, integrada por estudiantes de posgrado, y logramos que conozca del tema y esté preparada para cuando desembarque en nuestro aquí esa forma de energía”.

El técnico explicó que conforme se genera más información, las nuevas formas de producir energía se vuelven más económicas y cuando llega el momento de su aplicación, los costos se equiparan con los propios de la tecnología utilizada en ese momento: hoy, con base a almidón o azúcar, esto es de primera generación. Indicó, además, que los de segunda generación van a ser tan económicos como aquéllos y el rival seguirá siendo el precio del petróleo, que debe descender para lograr competir con el de los biocombustibles.

Respecto de un posible hallazgo de petróleo en suelo uruguayo, Banquerque sostuvo que convendría “no jugarse todo a lo que sabemos que un día se va a terminar” y citó la política implementada en Brasil, donde pese a haberse descubierto pozos de petróleo también se fabrican biocombustibles.

Siri Swichtgrass web

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El Ing. Agr. (PhD) Guillermo Siri Prieto muestra el cultivo de switchgrass a cosecharse en agosto de 2016

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